Existen 20 hábitos a mejorar en nuestra comunicación con los demás, y que son necesarios para lograr el ambiente positivo que todos deseamos:
- Hay que ganar cuando es apropiado, cuando importa realmente, no hace falta ganar siempre ni a toda costa.
- Aprecia las aportaciones de los demás, sé humilde y aprende que no siempre nuestro granito de arena es necesario en cada discusión.
- Deja de medir y juzgar a los demás; hazlo solo cuando sea oportuno y acepta que los demás tienen otros puntos de vista, tan respetables como los tuyos.
- Sé amable y educado; cuida que tus comentarios no hieran a los demás.
- Comienza tus frases positivamente, para que los demás tengan claro que sus ideas también son apreciadas por ti.
- Controlemos nuestro ego: nadie es mejor que nadie, y si alguien lo es, que no lo estropee diciéndonoslo.
- Controla tus enfados y evita los malos tonos en las reuniones. Apacigua las conversaciones.
- Sé positivo hacia las ideas de los demás y, si no te piden opinión, mejor ser discreto.
- Comparte tus conocimientos e información, para que todos prosperemos.
- Recompensa y alaba a tus compañeros.
- Acepta las recompensas si son merecidas, y no las reclames si tu aportación no lo merece.
- Evita comportamientos molestos y no tendrás que excusarte por ellos.
- Piensa en el futuro, en la resolución de los problemas, no en causantes o culpables.
- Trata a los demás con criterios similares. Sé justo, pero con todos.
- Nuestras acciones afectan a los demás y si hace falta, discúlpate cuanto antes.
- Escucha para entender, no para contestar; sé paciente con los argumentos de los demás y respeta su turno de palabra.
- Expresa gratitud. Es algo que beneficia a quien la da y a quien la recibe.
- Respeta a los intermediarios, a los mensajeros; los canales de transmisión en la empresa son necesarios, demuéstrales respeto a su trabajo.
- Responsabilízate de tus actos, no pasa nada por equivocarnos, acepta las consecuencias, aprende y “palante”. Elimina los “es qué…”
- Acepta tus defectos; por mucho que tú seas así no los convierte en virtudes, y nada te impide cambiar a mejor.