El organismo no es rencoroso. Así mejora la salud cuando se abandona el tabaco. Este calendario merece un hueco en su pared
Marta Cámara
El porcentaje de fumadores entre la población general varía según edad género, comunidades y posición social. Según datos de la última Encuesta Nacional de Salud, correspondientes a 2012 y publicados el pasado año, el 27 % del total de la población es fumadora, el 31 % de la masculina y el 23 % de la femenina. El porcentaje de los que dejaron ese hábito para siempre es de un 20 %. Ya lo haga a pelo, recurriendo a toda su fuerza de voluntad, o auxiliado por la medicina, le adelantamos que le va a costar. Pasar de 20 cigarrillos diarios a la nada es un proceso que requiere un ajuste vital en toda regla. Pero merece la pena.
No le vamos a asustar con los efectos de la nicotina y el alquitrán sobre el organismo (valientes: consultar aquí), pues seguro que los conoce al pie de la letra. Tampoco ahondaremos en los métodos más eficaces para dejar el vicio, ni vamos a compartir las cifras de éxito o recaída de cada uno. Lo único que le vamos a narrar es lo que desde el primer día su cuerpo y mente van a experimentar si le da el adiós definitivo al tabaco. ¿Se apunta a este viaje cronológico hacia el bienestar total? El organismo no es rencoroso.
Para motivarle aún más (si cabe) hemos abierto una “cuenta de ahorro” donde irá a parar el dinero que no termina en las arcas del estanco de su barrio o en la máquina del bar de abajo. Como media, hemos tomado a un fumador de cajetilla diaria de tabaco rubio (5 euros). ¿Qué se fuma dos? Multiplique.
El doctor Josep Morera, neumólogo de la Clínica Planas de Barcelona, nos da el cronograma exacto:
– 12 horas después. ¿Nicotina? ¿Dónde?
Hay una práctica desaparición de la nicotina circulante en sangre y se han normalizado los niveles de monóxido de carbono. Es una hora crítica. Al mismo tiempo, sentirá síntomas intensos de la privación que se materializarán con mal humor, dolor de cabeza y hasta náuseas.
Hucha antitabaco: 5 euros.
– A los 3 días. Por la regularización arterial.
La tensión arterial y la frecuencia cardiaca se han regularizado en el caso de personas con enfermedad de base cardio-circulatoria. Psicológicamente, se sentirá extraño, ansioso y puede que no logre concentrarse en las actividades simples. No se preocupe: es el episodio más duro. A partir de aquí, todo serán mejorías mentales.
Hucha antitabaco: 15 euros.
– Semana 1. Sin asfixias.
En este periodo es cuando se empieza a notar la desaparición de la tos y los cuadros de asfixia en los esfuerzos agudos. Si es deportista, despídase de esa sensación seca y abrasante de los pulmones durante el ejercicio físico. El insomnio puede irrumpir en sus noches. La ansiedad no se ha ido, pero cada vez es menor.
Hucha antitabaco: 35 euros.
– Semana 8. Inmunidad.
Los cilios que tapizan el árbol bronquial van recuperando su motilidad y, por tanto, son más efectivos a la hora de impedir la entrada de gérmenes en el organismo. Disminuyen el número y la gravedad de las infecciones respiratorias. La dependencia psíquica también desciende. Todavía se le puede ir la mano hacia una cajetilla de tabaco por inercia, pero será consciente de ese (mal) gesto. Si no ha recaído, podemos empezar a hablar de deshabituación tabáquica.
Hucha antitabaco: 280 euros.
– 6 meses después. Ni me acuerdo.
Los signos de la mejoría física son cada vez más evidentes. La dependencia psíquica no existe, y la circulación y la función respiratoria viven un momento notable. Se siente fuerte y optimista. La sensación de triunfo por haber superado este reto personal ha alimentado la confianza en sí mismo.
Hucha antitabaco: 900 euros.
– 1 año. Acortando distancias.
El riesgo de padecer una enfermedad coronaria ya es un 50 % inferior que en los fumadores. A partir de este momento, usted ya es un exfumador. Se repite a menudo que no debe cometer el error de «fumar de vez en cuando». Y se ha dado cuenta de que los cigarrillos no le tranquilizaban, sino que le causaban estrés.
Hucha antitabaco: 1.800 euros.
– A los cinco años. Órganos a salvo.
El riesgo de padecer un cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga disminuye a la mitad. Es más fuerte, más feliz, vive sin miedo a los efectos de los malos humos y le parecen «una pesadilla del pasado» los años que vivió enganchado al tabaco.
Hucha antitabaco: 9.000 euros.
– Ha pasado una década. Minimizando riesgos.
El riesgo de cáncer pulmón es ahora la mitad del que tenía cuando fumaba. También disminuye el de cáncer de páncreas y laringe. Su cuerpo le da una tregua.
Hucha antitabaco: 18.000 euros.
– Y quince años más tarde… en el organismo del no fumador.
Como si nunca hubiera fumado. El riesgo de padecer una enfermedad cardiaca es equivalente al que tienen los que nunca han encendido un pitillo. Enhorabuena.
Hucha antitabaco: 27.000 euros.