La consulta de dispositivos móviles mientras se conduce es uno de los “caballos de batalla” de la seguridad vial, al menos entre los jóvenes.
Así, un 32,4% de universitarios asume que ha revisado WhatsApp u otro tipo de servicios de mensajería mientras atendía al volante.
El 22,8% de los encuestados reconocen realizar llamadas sin utilizar el dispositivo de manos libres.
Seis de cada diez jóvenes reconocen haber tenido que intervenir en alguna ocasión para impedir que un amigo condujera bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Tres de cada cuatro han visto conducir a un amigo tras consumir alcohol o drogas.
Solo uno de cada cinco jóvenes confiesa que ha bebido alcohol antes de conducir.
La noticia esperanzadora es que la mayoría de los participantes (96,5%), en sesiones de prevención de conductas de riesgo, se les ha hecho reflexionar y evitar que, a partir de ese momento, realicen hábitos imprudentes en la conducción.
Las soluciones para poder salir y beber sin riesgo al volante consiste en utilizar un único coche y turnarse para conducir, de forma que cada noche uno no pruebe el alcohol, no parecen calar del todo.
Solo uno de cada tres reconoce haber conducido alguna vez en sustitución del dueño del coche.
En cuanto al respeto a los límites de velocidad el 77,8% los respetan, solo un 22,2% de los encuestados reconoce abiertamente no hacerlo.
No obstante, se detecta una suave evolución positiva.
Una comparativa de los datos con los de hace casi una década deja motivos de esperanza, con ligeros descensos en las imprudencias.