Aceptar una herencia suele asociarse con algo positivo: recibir una vivienda, un terreno o dinero en cuentas bancarias. Pero la realidad jurídica es más compleja. El artículo 659 del Código Civil recuerda que la herencia incluye tanto heredar deudas como aceptar la herencia en España.
Un reciente caso resuelto por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña lo demuestra con claridad: una heredera tuvo que asumir una deuda de más de 67.000 euros con la Agencia Tributaria tras aceptar una herencia de manera pura y simple. Lo que parecía un trámite familiar terminó convirtiéndose en una obligación económica de gran envergadura.
La aceptación pura y simple supone que el heredero pasa a ocupar la misma posición jurídica que tenía el fallecido frente a acreedores y administraciones. Esto implica asumir tanto activos como pasivos, incluso con el patrimonio personal propio si los bienes heredados no bastan.
La alternativa es la aceptación a beneficio de inventario, un mecanismo que limita la responsabilidad del heredero. En este caso, solo se responde de las deudas hasta donde alcancen los bienes heredados, protegiendo así el patrimonio personal.
En el caso de Cataluña, la familia optó por la aceptación pura y simple: heredaron una vivienda… y también cuantiosas deudas fiscales.
El fallecido había sido declarado responsable subsidiario de deudas fiscales de una sociedad. Hacienda le reclamaba inicialmente más de 1,2 millones de euros, cantidad que se redujo a unos 770.000 euros tras varios recursos.
Cuando murió en 2016, la herencia se repartió entre la viuda y los tres hijos. A una de las herederas le correspondió un 15,83 %, lo que se tradujo en un requerimiento por 67.064,34 euros.
La heredera alegó que la deuda estaba prescrita y que la derivación de responsabilidad infringía normativa tributaria de 1963. Sin embargo, el TSJ fue tajante: al morir un obligado tributario, la deuda pasa directamente a los herederos en el mismo estado en que se encontraba. No puede reabrirse un pleito ya resuelto en vida del causante.
El tribunal consideró ajustado a Derecho el requerimiento y obligó a la heredera a pagar, además de imponerle las costas procesales.
El Código Civil no establece un plazo general, pero el artículo 1005 permite que los acreedores o coherederos soliciten a un notario que requiera al heredero para pronunciarse. En ese caso, el heredero tiene 30 días naturales para aceptar o renunciar.
Si no contesta en ese plazo, se entiende que acepta la herencia pura y simple. Además, la aceptación también puede ser tácita, por ejemplo, si se venden bienes hereditarios o se cobra dinero del causante.
En cambio, los actos de mera conservación (como pagar el sepelio o reparar una vivienda para evitar daños) no implican aceptación.
Este mecanismo implica gastos notariales y registrales, así como los derivados de la elaboración del inventario. En algunos casos puede ser necesario un perito para valorar determinados bienes.
Aunque suponga un coste inicial, protege al heredero frente a posibles deudas ocultas. En términos prácticos, actúa como un escudo legal que evita que el patrimonio personal quede comprometido por las obligaciones del causante.
¿Qué ocurre si los bienes heredados no cubren las deudas?
Si se aceptó pura y simplemente, el heredero responde también con su patrimonio personal.
¿Qué pasa si un heredero renuncia y otros aceptan?
Quien renuncia queda fuera de la sucesión. Su parte se reparte entre los demás o entre los sustitutos designados en el testamento. Los que aceptan asumen también más deudas.
¿Cómo se reparten las deudas entre herederos?
Entre coherederos, cada uno asume en proporción a su parte de herencia (artículo 1084 CC). Pero frente a acreedores externos, cualquiera de ellos puede ser reclamado por la totalidad (artículo 1085 CC).
¿Se pueden perder bienes personales por aceptar una herencia con deudas?
Sí, si las deudas superan a los activos heredados y se aceptó pura y simplemente, pueden embargarse cuentas personales o incluso la vivienda propia.
El caso del TSJ de Cataluña deja una lección clara: aceptar una herencia no siempre significa ganar patrimonio, también puede suponer heredar deudas. Por eso, antes de tomar una decisión conviene revisar con detalle la situación económica del causante y valorar la opción del beneficio de inventario, como ya sabes heredar deudas también es aceptar herencia en España.
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