Habitualmente relacionamos innovación, con grandes empresas que son capaces de destinar una parte importante de sus recursos a crear nuevos productos. Por otro lado existen empresas tremendamente nuevas que irrumpen en el mercado con una idea, producto o servicio realmente innovador apoyado en la tecnología (conocidas como startup) y que, en muchas ocasiones, son inmediatamente engullidas por esas otras grandes de las que hablábamos al principio.
No voy a hablar aquí ni de unas ni de otras, sino de aquellas empresas que forman el tronco fundamental de nuestro tejido empresarial y deben plantearse esta acción, tan de moda por otro lado, como algo que deben hacer si quieren que su empresa perviva en el tiempo.
Las empresas fundamentan su existencia en tres pilares básicos: Ser Rentables, Crecer y que esto sea Sostenible con el paso del tiempo. Ya sea por la influencia del Ciclo de vida del producto, por la necesidad de reducir costes o por garantizar la existencia de nuestra empresa, la Innovación debe estar presente.
La innovación se puede dar de distintas formas, podemos innovar en procesos internos, innovar en atender nuevos mercados o segmentos de clientes, emplear canales de comercialización alternativos o como todos conocemos como fórmula más popular, innovar a través de un nuevo producto o servicio que, hasta el momento, no formaba parte de nuestro portafolio.
Recientemente en Asesoría y Correduría Sanchis, hemos creado un grupo de trabajo de Innovación. Es un grupo muy heterogéneo que va a trabajar este asunto como un añadido a sus tareas habituales y que nunca había abordado este tema.
Precisamente por eso resultan de gran utilidad todas sus aportaciones, pues son realmente frescas, nuevas y carentes de prejuicios o cánones previos que el mercado ya conoce. Probablemente no inventemos nada disruptivo (o sí), pero lo más interesante de esto es que, en la medida de nuestras posibilidades, vamos a dedicar una parte de nuestro tiempo a reflexionar sobre qué necesidades tiene nuestro mercado o, lo mejor y más divertido, qué necesidades podemos hacer que tenga. Todo ello con el añadido de que nos dedicamos a los servicios y, si cabe, la tarea se hace más compleja por lo intangible del asunto.
Al igual que el empresario debe dedicar tiempo a la gestión de su negocio (Ventas, Costes de producción, Gestión de fallos, Atención al cliente, etc) debemos abrir un importante capítulo dedicado a cómo mejorar lo que ofrecemos al mercado, a escuchar a nuestros clientes o incluso a tener el atrevimiento de susurrarles lo que puede que necesiten próximamente. Esta tarea resulta de vital importancia si queremos cumplir la necesidad que toda empresa tiene de perdurar en el tiempo.
La innovación comienza por el ejercicio introspectivo de darnos cuenta de que lo que estamos haciendo, no nos va a garantizar una rentabilidad de por vida. Ser humilde y reconocer esto, nos posiciona en una espacio de ventaja con respecto a nuestros competidores, ya que asumiremos la necesidad de seguir renovando nuestros productos o sistemas para seguir siendo interesantes para nuestros clientes.
Además, debemos aprovechar la ocasión para hacer protagonistas de este proceso a nuestros colaboradores, puesto que se sentirán parte importante de la organización y les brindaremos la oportunidad de tener mucho mejor alineados sus objetivos con los objetivos empresariales.
Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que para Innovar no es necesario ni ser una Gran empresa, ni una punta de lanza tecnológica. Sólo hay que saber reconocer la realidad que nos rodea y ponernos a trabajar.
En definitiva si queremos Ganar, Crecer y Vivir como empresas, NO PODEMOS NO INNOVAR.