Thomas Alva Edison fue un emprendedor que destacó por su tenacidad y por su esfuerzo. Patentó más de mil inventos y es conocido por inventar la bombilla. A los 12 años ya vendía periódicos y chucherías para ganar dinero. Es decir, tenía madera de emprendedor, pero a la vez apostaba por el trabajo duro.
De la tenacidad de este gran inventor podemos aprender los emprendedores de hoy en día. Estas son algunas de sus frases:
“Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito”.
Solemos recordar a las personas que tienen éxito, no a las que fracasan. Sin embargo, se debe aprender de todos los éxitos y de todos los fracasos, intentando ver la lección positiva que encierran siempre las cosas que nos suceden.
“Que algo no funcione como tú esperabas no quiere decir que sea inútil”.
Todo lo que hacemos en nuestros proyectos empresariales tiene una finalidad, a lo mejor esa finalidad no se materializa inmediatamente, pero a lo largo del tiempo todo supone un aprendizaje.
“Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo”.
La experiencia es un valor positivo siempre porque nos ayuda a superarnos y a aprender de cada acción que realizamos. Los emprendedores debemos tener presente que se aprende tanto de los éxitos como de los fracasos.
“Quien no se resuelve a cultivar el hábito de pensar, se pierde el mayor placer de la vida”.
Pensar y buscar soluciones creativas es lo que hace destacar a todos los grandes empresarios. Un emprendedor no puede centrarse en los problemas sino en buscar soluciones y en dar a sus clientes lo que necesitan.
“Toda persona debe decidir una vez en su vida si se lanza a triunfar, arriesgándolo todo, o si se sienta a ver el paso de los triunfadores”.
Cada uno de nosotros llega un momento en la vida en el que tendremos que elegir entre arriesgarlo todo para lograr el éxito o ver pasar a los triunfadores. Si no lo intentamos, si no perseguimos nuestros sueños jamás lograremos lo que deseamos.
“El genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de sudor”.
El esfuerzo y el trabajo duro son la base del éxito. Un emprendedor se sacrificará por su proyecto, porque es lo que le apasiona, lo que le motiva y le da un sentido y sabrá transmitir ese entusiasmo a su equipo, a sus clientes y a sus colaboradores.
“Yo no hice nada por accidente, ni tampoco fueron así mis invenciones; ellas vinieron por el trabajo.”
Edison probó muchas maneras de hacer funcionar una bombilla y cometió muchos errores, pero su éxito se derivó de su esfuerzo y de su tesón por alcanzar un objetivo en el que creía firmemente. No darse por vencido fue el secreto de su éxito, seguir adelante a pesar de las dificultades y creer en él mismo fueron las bases de su trabajo.